IDENTIDAD LITURGICA DE LA IEP 2

La declaración de fe, como el padre nuestro, o el credo de los apóstoles se practicaban en nuestra iglesia, y era de edificación para los hermanos de la congregación, este elemento litúrgico se ha perdido, ya que en la mayoría de nuestras iglesias, por no decir la totalidad, no se practica este parte tan importante. Podemos afirmar que nuestra Iglesia Evangélica Peruana tiene una identidad litúrgica, histórica que vienen de la corriente calvinista, que es apegado a la palabra de Dios y que cumple con los principios bíblicos que Dios demanda en las escrituras. Asimismo tiene su Estatuto y Manual en donde están fundamentados con la palabra de Dios, lo temas como el culto, y los diversos servicios. Y se tiene una marcada identidad que debemos de cuidar y de valorar, ya que es producto del esfuerzo de muchos cristianos que han servido a Dios de acuerdo a sus mandatos, y que son parte de la historia de nuestra iglesia. En la actualidad hay una crisis de identidad por varios factores. Por un lado hay un desconocimiento de nuestra identidad, las generaciones anteriores no han sabido transmitir el legado de la liturgia a las nuevas generaciones, y por ende influencias externas, han entrado en nuestras congregaciones. También el proceso de globalización que estamos viviendo y los cambios tecnológicos cada vez más agresivos, hacen que las identidades se diluyan por corrientes cada vez más marcadas y fuertes, transmitidas por los medios de comunicación. Aún mas sabiendo que el Perú es un país multicultural, y muy rico en variedad. Hablar de una identidad clara, en La iglesia Evangélica Peruana es complicado. Es necesario recuperar nuestra identidad litúrgica. Por un lado hay que dar a conocer la historia, para que a través de ella vean cuanto nos ha costado tener una identidad de acuerdo a la palabra de Dios, el desconocimiento es el peor enemigo, y por esa razón hay ciertas rajaduras en la estructura a nivel nacional en el tema litúrgico. Lo más lógico sería que todos tengamos unidad en cuanto a la liturgia. Es tarea de todos compartir nuestra identidad litúrgica resaltar sus cualidades y transmitirlo a través del ejemplo hacia las nuevas generaciones, ya que de ellos es el futuro de nuestra iglesia. No podemos evitar los cambios culturales en cada pueblo. Es posible cambiar las formas, debido al avance tecnológico (como el uso del cañón multimedia, o los instrumentos musicales electrónicos), pero lo que no debemos cambiar son los principios que han regido nuestra identidad. ¡Rindamos culto a Dios como él quiere! MIGUEL ANGEL HANCCO ARMAS

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