IDENTIDAD LITURGICA DE LA IEP 1


Cuando Hablamos de una identidad litúrgica nos estamos refiriendo, básicamente, a como adorar y glorificar a nuestro Dios, como celebrar el culto al ser Supremo. La Identidad es inherente al ser humano, y cuando hablamos de una identidad litúrgica, queremos rescatar los rasgos, principios importantes, de cómo se ha llevado a cabo la liturgia en nuestra amada Iglesia Evangélica Peruana, desde sus inicios y a lo largo de nuestra vida como iglesia.
Primero debemos aclarar que nuestra Iglesia Evangélica Peruana es de las consideradas “históricas”, ya que en su periodo de vida, tiene raíces, dentro de la historia de la iglesia universal, y por lo tanto tiene un claro proceso histórico. Los conocedores de la Historia de nuestra Iglesia Evangélica peruana, podemos rastrear la liturgia desde sus inicios, hasta la actualidad, y darnos cuenta de los cambios, y las continuidades que se han tenido, para poder tener un panorama claro hacia donde nos dirigimos.
Desde una perspectiva Bíblica, podemos decir que nuestra iglesia respeta los principios bíblicos y su liturgia se basa completamente en la Biblia. Ya que somos una iglesia histórica, se cuenta con un Estatuto y Reglamento eclesiástico de la I.E.P. en donde podemos corroborar que en la sección que corresponde al culto hay una gran cantidad de textos bíblicos que dan testimonio que nuestra liturgia es conforme a los principios que Dios ha estipulado para su pueblo. Hay varias iglesias independientes que no tienen una identidad litúrgica bien delineada y que son llevados por modas y corrientes.
Después de la Reforma, se dieron cambios en la liturgia en general, habiendo varias formas típicas en la tradición evangélica como la luterana o la calvinista. La Iglesia evangélica Peruana ha tomado la forma calvinista que está fundamentada en las sagradas escrituras, su contendido en esencia era el siguiente:
LA LITURGIA DE LA PALABRA
a) Sentencia Bíblica
b) Confesión de pecados
c) Oración por perdón
d) Salmo versificado
e) Colecta por iluminación
f) Lección
g) Sermón
LA LITURGIA DEL APOSENTO ALTO
a) Presentación ofrendas
b) Intercesiones
c) Padrenuestro en extensa paráfrasis
d) Preparación de elementos mientras se canta el Credo apostólico
e) Palabras de institución
f) Exhortación
g) Fracción
h) Dación
i) Comunión, mientras se lee un salmo u otro pasaje
j) Colecta postcomunión
k) Bendición aarónica

Podemos observar y analizar cada uno de los elementos, para darnos cuenta de las influencias que se han dado para construir nuestra identidad litúrgica.
Aparte de esta línea calvinista que es parte de nuestra identidad en los inicios de la vida de la Iglesia Evangélica Peruana, también debemos señalar, que uno de los fundadores o propulsores es el llamado “Arzobispo Protestante de Lima”, título que se le dio, al pastor Juan Ritchie, el tiene una obra “Manual Evangélico”, donde hace aclaraciones sobre el tema de la liturgia corrigiendo los errores de ese tiempo, desde la perspectiva bíblica, y dando pautas generales para la realización del servicio, su aporte es el siguiente:
a) Llamada al culto
b) Himno de alabanza o Salmo
c) Acto de Adoración y Confesión
d) Lectura Bíblica
e) La Ofrenda y Acción de Gracias
f) Himno, Coro o Numero Especial
g) Meditación u Oración en silencio
h) Oración de intercesión
i) Anuncios
j) Sermón
k) Himno
l) Bendición y Oración de Despedida

Aquí observamos también nuestra identidad, en los primeros años, muchos de estos elementos se han perdido en el transcurrir del tiempo, y notamos que son de suma importancia para tener una litúrgica de acuerdo a la palabra de Dios. También podemos aportar que la Iglesia Evangélica Peruana ha perdido muchos elementos litúrgicos, así como se han distorsionado alguno de ellos a lo largo del tiempo.
Nuestra Iglesia he tenido mucho cuidado con la música para el culto, en un primer momento se utilizaba las pianolas para acompañar los canticos, los himnos, de los cuales resaltaba la voz, antes que los instrumentos.
Otro elemento importante es la confesión de pecados, que en los inicios se daba de manera constante, ahora se ha perdido este llamado a confesar nuestros pecados, o se practica muy esporádicamente. Al igual la lectura de la palabra de Dios, era infaltable dentro de nuestra identidad litúrgica, en la actualidad en muchas de nuestras iglesias se ha pasado por alto este elemento importante en el servicio.

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